Cuando el mundo se debate en la locura, donde algunos dirigentes y mandatarios de países, reconocen a un gobierno autoproclamado, en nombre de la “libertad y la democracia”, llamando a derrocar un gobierno democrático elegido por millones de venezolanos, la voz de la autoridad religiosa, surgida de las entrañas americanas, pone en blanco la hipocresía imperial.

Es que Francisco expresa una conciencia criolla, profunda, morena que siempre fue acallada por las voces anglosajonas dominantes, que junto a sus acólitos cipayos, colonizaron cultural y económicamente al continente, en su expresión más brutal: “América para los norteamericanos”, traducción exacta de la Doctrina Monroe, que originó cientos de miles de muertos, por invasiones de EEUU en casi todos los países centro y sudamericanos, en los siglos XlX y XX, anexando además la mitad de México y apropiándose de Cuba.

Hoy el objeto del deseo imperial, es amurallar el conjunto de América Latina para preservar sus intereses estratégicos. 
EEUU está perdiendo todas las batallas que se ha lanzado a librar en el mundo, en su “destino manifiesto” de ser potencia dominante, hegemónica, de prepotencia Unipolar, intentando imponer, con sus más de 1.100 bases militares su presencia imperial. Le fue mal en la guerra de las monedas con el yuan chino, perdió el Mar de la China, no pudo hacerse del Estrecho de Ormuz, ve crecer la Ruta de la Seda china a Europa, fracasó en Siria, dejó un caos inmanejable en Libia, sigue atacando Yemen, está terminando una retirada vergonzosa en Afganistán, después de 17 años de guerra, la más prolongada de su historia, donde los talibanes exigieron un nuevo gobierno sin tropas extranjeras, perdió la Península de Crimea, no pudo desplegar el sistema de control misilístico contra Rusia, se le escurrió de la manos Europa, que incluso está formando un ejército alemán-francés, surgen incendios sociales contra los Fondos de Inversión y los planes del Banco Europeo de Bruselas y el FMI. Por eso retrocede EEUU a nuestra región, a sangre y fuego.

Sería largo enumerar el listado de crímenes de lesa humanidad cometidos en nombre del “occidente cristiano”, falacia tan occidental como Japón y tan cristiano como Israel, con millones de muertos ya denunciados por Francisco, como la Tercera Guerra Mundial en desarrollo, en cuotas. Sólo sus socios estratégicos como Israel, el Reino Unido y Arabia Saudita, participan del macabro juego, que pone en riesgo la humanidad y en lo inmediato, la paz en la región, en donde el objetivo es desalojar los llamados “populismos”, que permitieron la injerencia económica del mundo Multipolar.

Ese esquema era el UNASUR y la CELAC, más el Mercosur, que a través del BRICS, incorporaba a China, India, Rusia y Sudáfrica, junto a Brasil al comercio internacional. Nada más lesivo para los intereses yanquis, por lo cual el diseño estratégico, de apoderarse de los recursos naturales del continente, se viste de menciones altisonantes, como libertad y democracia, que ni practican ni apuntalan, como lo demuestran los años recientes de avasallamiento de las instituciones, destituciones y persecuciones a los movimientos populares.

Los medios hegemónicos amparando las agresiones y ocultando la verdad, fabricando noticias falsas, en combinación con los golpes de Mercado financiero y el aval de los nuevos soldados del Imperio, como son los supuestos jueces que imparten Justicia sesgada a sus intereses, formateados por Washington en su Departamento de Justicia, como antes entrenaban a los generales golpistas, en la Escuela de las Américas de Panamá, son los arietes de la nueva confrontación.

No les importan los pueblos a los nuevos cruzados, siempre habrá sectores colonizados, llamados a la defensa de intereses que no le son propios, entusiasmados por los nuevos espejos de colores, que el Imperio muestra para enceguecer, desde el consumismo sin control, al individualismo extremo, desde la meritocracia al egoísmo con racismo e intolerancia incluidos en el menú de la “raza superior”, “la supremacía blanca”, la “cultura occidental”, que ya sabemos cómo empiezan y terminan, con campos de concentración clandestinos como los que ya funcionan y se naturalizaron, durante las últimas dos décadas.

Millones de muertos en Medio Oriente y Africa del Norte, millones de desplazados, bombardeados y arrasados, cuyas secuelas, sin mostrar las causas, las vemos en el Mediterráneo, sembrado de cadáveres inocentes. Nada importa al olfato del petróleo y las áreas de influencia del Imperio. Gaza y Cisjordania son ejemplos de esa ingeniería social criminal del Estado terrorista de Israel, apoyado por EEUU que lo considera su portaviones en Medio Oriente. Ahora es el turno de Latinoamérica.

Venezuela hoy, Nicaragua mañana, Cuba después, Brasil socio, Argentina estado gendarme, Colombia y Ecuador vigilantes de cercanía junto a Perú, Panamá, Honduras y Guatemala sobre el sandinismo, con el agregado de El Salvador, nuevo ensayo imperial de claudicaciones de ex combatiente populares, como el presidente de Ecuador o el secretario general de la OEA, ex Tupamaro.

El General Cárdenas de la Revolución mexicana de principios del siglo XX, al llegar al gobierno dijo que gobernaría con sus generales, aunque no sabía si “aguantarían un cañonazo de un millón de dólares”, después de ser héroes en la guerra.
México, Uruguay, Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela, resisten la ofensiva neocolonial, conservadora, oligárquica e imperial, desde una conciencia reciente Patria Grande refundada, 200 años después, señal que esa conciencia americana, morena y criolla está viva, pudo recrearse como soñaron nuestros Padres Fundadores, tergiversados por la historia oficial, en nuestro caso desde el mitrismo pos Caseros.

Entonces la defensa del pueblo Bolivariano de su Soberanía, es la defensa de América Latina y su destino, para que Bolívar “no haya arado en el mar”, para que San Martín confirme que “los argentinos no somos empanadas que se come de un bocado” y Artigas flamee aquello que “los más débiles serán los más privilegiados”, puntal que el peronismo desde hace 70 años enarbola como su bandera de Justicia Social.

Esa memoria quiere enterrar el Imperio y los bufones del rey que gobiernan como títeres, nuestros pueblos.

Jorge Rachid
CABA, 5 de febrero de 2019